La preocupación por el medio ambiente y el aprovechamiento de los recursos disponibles son dos líneas comunes en las que investigan las arquitectas desde puntos de vista muy diferentes. Si algunos estudios de arquitectura dirigidos por hombres destacan por una tecnificación de los edificios y un interencionismo mayor en el diseño de urbanizaciones, ellas proyectan fórmulas mas adaptativas al entorno.

En el reciente concgreso Engendering Habitat III celebrado el pasado octubre se reflexionaba sobre la perspectiva de género en determinados sectores, los techos de cristal y las medidas para integrar estas visiones femeninas en el día a día.

Carolina González Vives, ejemplo de innovación en la intervención hídrica y social de las ciudades, apuesta por ese modelo en su estudio Hidra Design. “Creo que deberíamos evolucionar hacia un urbanismo más holístico e integrador. La eficiencia, movilidad y gestión de residuos está interfiriendo con la ocupación del espacio urbano y la integracion de dinámicas ecológicas.

Su proyecto Observatorio de Nubes plantea la creación de oasis urbanos que no desperdicien el agua sino que aprovechen la evaporación para generar humedad. “Hemos perdido la baza de los cursos naturales de los ríos, como por ejemplo, el arroyo Carcabón que pasaba por Madrid y fue soterrado, o el arroyo de Valdebebas que aportaba un ecosistema de ribera y lo hemos sepultado para der otra forma al terreno y repoblarlo artificialmente. ¿Por qué?